Lo único real fue coger tu mano y discernir que me querías.
Quererme y besarme, fue tan divino, porque aunque fue quimérico te sentí cerca, a tan sólo un cuerpo de distancia. ¡Fue espléndido!
Tu miedo fue emotivo, pero mi felicidad era plena, porque era Amor y en la realidad es tan cierto como la gracia de tu risa y el lozano de tu mirar. Convertí tu pánico en un beso que nunca acabo, porque desde allí no evoco nada más.
Soñarte, fue placidez.
Soñarte, ha sido la mejor mención del Amor desconocido, de mi cándida musa.
Soñarte, un emotivo avivar que me abraza el Alma.
Haberte conservado en ese pequeño instante de mi soñar, me ha hecho Dulce y una aprendiz de la inmensidad del Amor.
Soñar, mi sueño. Eres tú, ese capullo que tengo por mente, y brota de manera brillante cuando exhibes tu belleza abstracta.
Te quiero, te sueño, te aprendo, te invento. Porque es una manera de sentirte tangible y hermosa como nunca.
Nota: "Soñarte fue muy bonito, desde mi inocencia para con el Amor".
—Wendy Luna
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